domingo, 31 de marzo de 2013

CORADEP Y LA LUCHA IDEOLÓGICA


CORADEP Y LA LUCHA IDEOLÓGICA

Hace treinta años me integré a la Corporación de Radiodifusión del Pueblo (CORADEP).

 CORADEP se creó en 1981bajo un concepto similar al ICRT cubano, con una función reguladora y supervisora de las radios que operaban a nivel departamental. No se consideraban las radios con cobertura nacional, ya que Radio Sandino era propiedad del FSLN y la Voz de Nicaragua era la radio oficial del gobierno. Así, y de acuerdo a la división regional que operaba en ese momento, en la Región I estaban Radio Liberación en Estelí y Radio Segovia en Ocotal; en la Segunda Región, Radio Venceremos en León y Radio 19 de Julio en Chinandega; en la Tercera Región (Managua), Radio Deportes que se convirtió en 1985 en La Primerísima, Radio Éxitos, que se transformó en La Cachorra, Radio Futura que se denominó después Radio Tropical y Radio Continental que pasó a ser Radio Paz. En la cuarta Región transmitían Radio Xalteva en Granada y Radio Frente Sur en Rivas; en la Quinta Región, Radio Revolución en Juigalpa y a partir de 1987, Radio Nueva Guinea; en la Sexta Región, Radio Insurrección en Matagalpa y Radio Pancasán en Jinotega. En la RAAS transmitía Radio Zinica, en la RAAN estaban Radio Tasba Pri en Rosita y Radio VPP en Puerto Cabezas (hoy Bilwi), y la Radio 13 de Octubre en San Carlos, Río San Juan.

Las Etapas de CORADEP

CORADEP estaba concebido como el eje rector de las emisoras y para serlo, se priorizaron dos aspectos, el administrativo y el que se denominaba “elenco artístico”, integrado por reconocidas voces y actores radiales que producían excelentes materiales. Hay que aceptar que la parte administrativa era la fundamental y eso generaba serias críticas de parte de las emisoras hacia lo que veían como “excesiva burocracia”. Sin embargo, esta primera etapa se caracteriza por lograr que las radios se consoliden en sus espacios, generar controles en sus administraciones, y ante todo, por mantener la producción del elenco artístico. Contaba con un taller técnico y de mantenimiento de antenas, un área de prensa cuya función fundamental era nutrir de material a las radios y un área de producción, que elaboraba materiales para las emisoras.

En 1983 se nombra a Marlen Chow como Directora General, a la que debo haber llegado a CORADEP, y como Sub-Director General a Oscar Oviedo Mosquera. Marlen está embarazada y su embarazo es de alto riesgo, por lo que debe estar de subsidio y de manera interina, Oscar asume la dirección de CORADEP. Este período coincide con el incremento de la agresión y el bloqueo, por lo que las radios de CORADEP empiezan a jugar un rol muy importante en la batalla ideológica, pero con serias restricciones económicas. La batalla ideológica y la competencia por el dial, se daban en condiciones muy desiguales. El taller técnico empezó a vivir un proceso donde tenía que hacerse hasta lo imposible para que las radios continuaran sonando a pesar de no contar con los materiales necesarios. Hasta para reparar una grabadora de periodista había escasez de repuestos. Se inició la etapa en donde lo poco que había era para repuestos y música.

Hay que recordar que las emisoras regionales y/o departamentales, juegan un papel fundamental en la vida cotidiana de la población. Desde el aviso que baje la mula a recoger a la familia en el “gancho de caminos”, hasta fallecidos, nacimientos, casorios y enamoramientos. Es el espacio donde lo cotidiano que es importante para una comunidad puede ser difundido y tener vigencia. Los grandes medios no tienen espacio para tanta “minucia”. En un estudio que hicimos, detectamos más de 50 emisoras de otros países que se sintonizaban en Nicaragua y que tenían al menos un espacio dedicado y dirigido al país. Cuestión de física. Espacio que no se ocupa, otro cuerpo lo va a hacer.

En estas condiciones, Oscar con un equipo de jóvenes (entre los que destacaban Armando Quintero y Carlos Salgado entre otros) dirige CORADEP dando prioridad al taller técnico. Ante el bloqueo y las restricciones económicas, dar mantenimiento a 18 transmisores, cabinas de locución y grabación, equipos para periodistas y antenas, no era tarea fácil. Era fundamental que las radios siguieran “sonando” a pesar de las carencias.

En 1985 es nombrado Juan Bosco Parrales como Director General. Bosco viene de dirigir el Sistema Sandinista de Televisión y es uno de los más afamados publicistas de la década de los setentas. Su llegada implica un nuevo giro en las tareas del organismo.

Se modifica el papel de las radios en Managua y se crea “La Primerísima”, como la radio “madre” desde la que se generan espacios colectivos y un noticiero nacional con información local. “Aquí Nicaragua” se convierte en el noticiero radial donde lo “cotidiano”, lo “sencillo”, empieza a ser noticia de carácter nacional, donde la nota que le importa a un campesino del sur del país, es escuchada en el norte y se comparten prioridades. Alejandro Romero es el encargado de organizar este noticiero que iniciaba muy temprano, con entradas de las emisoras que hacía de “Aquí Nicaragua” un verdadero noticiero nacional y con noticias locales hechas nacionales. Corresponsales populares y espacios donde los oyentes grababan sus noticias para ser difundidas en “Aquí Nicaragua” y en la cobertura nacional que se provocaba al enlazar todas las emisoras, eran comunes. La gente originaba sus propias notas. Y éstas eran leídas o comentadas. Algunas de las mejores voces (Eduardo López, Zulema Bustamante, Juanita Bermúdez, Maynor Curtis, entre otros) eran los que conducían el noticiero.

Es Oscar Oviedo el encargado de dirigir “La Primerísima”. Con una programación ágil y novedosa, pronto compite con las emisoras “nacionales” y “tradicionales” de Managua. Revistas, deportes y la incorporación de William Grisby y “Sin Fronteras”, permiten cumplir con éxito el propósito de ser la radio “matriz” del sistema CORADEP.

El tema de la música es de destacar. A pesar del bloqueo, nos dábamos la  manera de estar al día. Cada vez que alguien salía por alguna razón del país, venía cual “Santa Claus” cargado de discos … se armaba una verbena el día que llegaban y era hasta motivo de discusión para ver cuál tema sería éxito … así conocí en 1985 a la mujer de mi vida … regresé de México y traje un disco de Mecano, cuyo éxito era “Hay que pesado” y ella opinó que era mejor “Cruz de Navajas” … tuvo razón.

Y los amigos solidarios nos enviaban música de muchos lados. La globalización no había llegado y escuchar rock alemán, baladas en turco o hasta salseros japoneses no era lo más común en esa época, sin embargo en CORADEP se hacía.

Y para qué negarlo, también la “pirateábamos”. Aunque vinieran “selladas”, contábamos con un maestro en el arte de “arreglarlas”. Payo Castro era ese maestro … todo era cuestión de que se sentara en la consola, se pusiera los audífonos, y a cortar y a pegar, y por arte de magia payana salía la canción con sello de nuestras radios.

Se incorporó como Director de Programación Humberto Sánchez Martinica, el que me atrevo a afirmar se trata de la mejor voz y un gran radialista, con amplísima experiencia y quien se encargó de ir consolidando al equipo de productores y escritores radialistas. No se trataba de inventar el agua caliente, el equipo era talentoso, pero la experiencia de Humberto permitió consolidarlo. Hasta radionovelas se escribieron. Y una tarea fundamental, consolidó el Centro de Capacitación (CECAP). El CECAP se convirtió en la punta de lanza de la profesionalización de los radialistas hasta entonces “chapiollos” de las emisoras regionales.

Y para la relación directa con las emisoras se incorporó como Sub-Directora General Norma Guadamuz y se crearon el Departamento de Atención Regional (DAR) y el Departamento de Estudios Regionales (DER). Por suerte ahí paramos, pues no encuentro que hubiera sido el DUR.

En el DAR, Yamil Buitrago, Erwin Fabián y yo, iniciamos un verdadero periplo por el país. Prácticamente vivíamos fuera de Managua, compartiendo con las emisoras sus problemáticas, apoyando en lo que se podía, capacitando y ante todo, siendo gestores de sus necesidades.

En el DER, Freddy López y Marielos Sánchez iniciaron una serie de estudios e investigaciones que fueron llevando a lo que después llamamos “radio participativa”.

Y quien coordinaba estas áreas, “Normita” Guadamuz, fue dando “con la piedra filosofal” dando un giro al organismo y definiendo como sus prioridades no el control, sino el apoyo a las emisoras en todo el país.

Este era el equipo “primario” del que se rodeó Bosco en la conducción de CORADEP, sin que esto signifique que hubo muchos más compañeros con una importante intervención. Esto es, el organismo se redefine a pesar de las serias carencias y problemáticas que se vivían. Para la batalla ideológica que estábamos viviendo, CORADEP se plantea como un organismo cuyas tareas ya no son de control, sino de consolidación y de servicio a las radios. Informativo, con “Aquí Nicaragua”, con capacitación in situ y en el CECAP, con apoyo y gestión a las emisoras.

Es claro que se necesitaba la contraparte, y para eso se requería de los compañeros directores de cada radio, quienes variaron su postura y empezaron a sentirse parte y apropiarse de los proyectos. Del “Sindicato de Directores”, críticos del organismo, empezaron a ser parte de él, respaldando y retomando sus proyectos. Se conformaron equipos regionales para consolidar el proyecto. En la región I, las Valenzuela, Wilfredo, Moncho; en la II, Alberto e Isidro; en la IV, Vado; en la V, Wilmor León; en la VI, Luby y Marlon; en la RAAS, Arturo Valdez; en la RAAN Margarita y los compas de las minas; en RSJ, la gente de la 13 de Octubre, que a pesar de las distancias y las carencias, “le hacían güevo”.

Y surge un término para denominar el proyecto de comunicación popular que se genera en las emisoras de CORADEP y le llamamos “radio participativa”, término acuñado por Bosco y retomado por el colectivo.

Aquí quisiera comentarles que he encontrado en el internet un libro escrito por una australiana y publicado por la Universidad Iberoamericana de México en 1994, donde hace referencia a los términos y los proyectos. Bosco estaría muy orgulloso, pues la Ibero es la universidad donde estudió, y al menos yo, no conocía de este libro hasta ahora.

En el hace referencia a algunos de los proyectos que se implementaron, muy crítico por cierto y por suerte, como cuando Marlon montó con un transmisor de FM una radio chiquita en una comunidad … éste fue el modelo que en 1994 organizamos en la ciudad de México con una radio que llamamos “Radio Pirata”, que transmitía de manera abierta en la plaza central de Coyoacán, uno de los lugares simbólicos de la ciudad, aunque no nos habían otorgado licencia … logramos reproducir los transmisores y empezamos a organizarnos con la población dentro y fuera de la ciudad, pero esa es otra historia.

Regresando a CORADEP, en 1986 se acercan a la Corporación dos compas que jugaron un importante papel. Uno de ellos, uno de los más reconocidos radialistas latinoamericanos, José Ignacio López Vigil y una compañera salvadoreña-canadiense, Margarita, quien llega con una delegación solidaria y se apropia del proyecto, al grado que se queda con nosotros y pasa a fortalecer el departamento de estudios regionales con Freddy y a permitirnos la relación con una organización mundial de radios comunitarias, AMARC. No puedo dejar de mencionar a Guillermo Rotschuch V., quien es lo que podemos llamar, “la parte racional” del proyecto.

“Chepe Nacho” se convierte en uno de los íconos de la capacitación y sus propuestas tienen una excelente acogida. Claro que hay sus críticos y algunos muy críticos … la gente vieja de radio se sentía agredida; los locutores insultados pues una de las partes medulares del proyecto de Chepe Nacho era “desmitificar la radio”, que cualquiera pudiera hacer uso del micrófono y no sólo “voces engoladas”. La tarea de Bosco era mediar entre los dos proyectos e ir construyendo el nuestro. Yo me declaro partidario del Chepe Nacho.


 

 

 

 

Referente al texto

Dar la palabra al pueblo. La enseñanza-aprendizaje de la comunicación en Nicaragua durante la Revolución Popular Sandinista. Penélope O’Donnell, 1ª. Edición, 1995. Universidad Iberoamericana A.C.

“LA REVOLUCIÓN Y LA COMUNICACIÓN.

Incomodaba un poco la magnitud del tema. Había que conocer sobre el proyecto de comunicación del gobierno sandinista. Fue cuando descubrimos que no había un solo proyecto de comunicación sino varios y en diferentes etapas de desarrollo.

Mucho se hablaba de la comunicación horizontal, la crítica creativa y el acceso del pueblo a los medios de comunicación masiva. Se discutía la nueva democracia en estos medios y la nueva apertura a las voces históricamente ausentes o marginadas de la comunicación masiva. Pero los discursos no respondían a una política estatal de comunicación, sino que, de acuerdo con aquel de los nueve miembros de la Dirección Nacional Sandinista que estuviera opinando. Y lo que se oía por la radio era una mezcla impresionante de prácticas radiofónicas comunes en cualquier emisora comercial (hit parades, disc-jockeys y complacencias), y unas cuantas prácticas menos conocidas en emisoras comunitarias (temas sociales discutidos en programas de línea telefónica abierta; jóvenes, amas de casa y obreros frente al micrófono; transmisiones en vivo desde la calle)

Existían emisoras estatales y privadas. Uno de los proyectos estatales que dominaba el espectro radiofónico nacional era La Voz de Nicaragua pero era otro – un proyecto de radio participativa – el señalado como estratégico para la lucha ideológica, y eso se llevaba a cabo solamente en las emisoras regionales administradas por la Corporación de Radiodifusión del Pueblo (CORADEP).

Entre las emisoras privadas se encontraban Radio Católica, Radio Corporación y Radio Sandino. En esta última, la emisora oficial del Frente Sandinista de Liberación Nacional, ¡se oían los anuncios de la Coca-Cola y los hits de Michael Jackson! Los noticieros en las tres emisoras parecían similares, ya que todos estaban conducidos por hombres mayores, de voz igualmente ‘apocalíptica’ aunque los contenidos variaban e iban desde temas tan diversos como la salud del Papa o el precio de las tortillas.

Desde el extranjero, otras emisoras entraron a la escena nacional. En el territorio nicaragüense penetraron las señales de 19 canales de televisión y 76 emisoras radiales extranjeras (44 de Costa Rica y Honduras), de las cuales la mayoría se sintonizaban en las zonas fronterizas y rurales. Aunque mucha de su programación era meramente comercial, no faltaban las políticas informativas específicamente antisandinistas (Frederick, 1986:70-81)

Había emisoras involucradas directamente en la guerra. La Resistencia Nicaragüense (RN) fue el primer movimiento contrarrevolucionario en el mundo que contó con una red de cinco emisoras en AM y de gran potencia (50 Kw)(Rothschuh, 1988:37-38)

La Voz de América, el servicio radiofónico del Departamento de Estado norteamericano, también transmitía a la región en AM, y para mejorar la recepción se colocó un nuevo repetidor en la frontera entre Costa Rica y Nicaragua. Sobra decir que su programación se caracterizaba por las campañas antisandinistas” (páginas 19 y 20 de la obra citada) Fin de esta cita

Otra cita del mismo texto:

“Para conocer más de cerca el proyecto de CORADEP, hicimos un recorrido de las emisoras regionales con los alumnos de la materia. Visitamos un proyecto piloto en la montaña norteña del país, donde se había instalado un trasmisor en FM de baja potencia para que la comunidad campesina hiciera su propia emisora comunitaria. Fue allí donde empezamos a darnos cuenta de que las contradicciones experimentadas en el ámbito de la comunicación no sólo eran resultados de políticas inconsistentes o de las condiciones sumamente adversas, sino que también tenían que ver con las limitaciones históricas de la experiencia de la comunicación en Nicaragua, y más allá, en América Latina.

Por ejemplo: con el proyecto de radio participativa de CORADEP, el gobierno sandinista intentaba hacer de un modelo radial nacido y desarrollado desde los sectores político-religiosos marginados de los países sudamericanos, un proyecto cultural que transformara la relación entre la población rural del país y los medios masivos de comunicación.

Con aquella emisora comunitaria de la montaña norteña se intentaba acelerar, aún más, la integración de la población en la producción masmediática, o sea, se buscaba que los campesinos se hicieran radialistas, y se esperaba que dicha apertura promoviera nuevas relaciones políticas en las comunidades involucradas.

Eran ideas novedosas para todos; ideas posibles en una cierta coyuntura político-económica, pero limitadas por la herencia sociocultural de la población.

Un caso concreto para ilustrar: en la capacitación para la radio participativa se usaban los folletos de radio popular producidos en Ecuador por la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER). Sin embargo, no fueron muy útiles en el contexto de la emisora comunitaria de la montaña; a pesar de su metodología basada en la educación popular, resultaban de difícil entendimiento para los campesinos recién alfabetizados, pues demandaban una cultura de la lectura muy por encima de sus capacidades” (Obra citada pág. 20) Fin de la cita.

Estas son algunas citas que he tomado de este texto, que como mencionaba, me era desconocido.

En 1986 Margarita asiste a la Asamblea Mundial de Radios Comunitarias (AMARC) y consigue para el país la sede en 1988 de la siguiente Asamblea. Era un enorme reto pues se trataba de organizarlo en una situación de guerra, donde nuestras “raditos” deberían mostrarse en todos los aspectos. Los críticos al evento eran muchos dentro y fuera; como nos íbamos a mostrar ante el mundo; cómo se organizaba un evento de ese nivel con las carencias que teníamos; y de parte de algunos de los asistentes, como iban a venir a unas radios estatales, ellos que no tenían nada que ver con los gobiernos, y CORADEP era un ente estatal.

En lo personal, me perdí parte de los preparativos; junto con Willmor León y Payo Castro nos fuimos a instalar la Radio Nueva Guinea, donde había un repetidor de Radio Revolución de Juigalpa, pero teníamos que darle horas de transmisión propia. Nuestros pedestales eran de madera, la cabina era de lo más “chapiolla”, pero logramos dejar un equipo local para tener al menos 6 horas de transmisión propia. Fue toda una experiencia. Vivimos tres meses en Nueva Guinea, sin venir a Managua.

Y luego me perdí AMARC. Cuando venimos a Managua, Bosco me anunció que nos trasladábamos el viejo German, el y yo, a lo que era el SNP. Desde ahí seguimos la Asamblea, que fue todo un éxito. Confieso que resentí un poco el que no se diera crédito a Bosco, pero lo importante es que el evento salió excelente.
El proyecto de CORADEP continuó hasta 1989, donde y antes de la derrota electoral de 1990, se restringió el presupuesto y la entonces dirección de la corporación dio la instrucción de que cada radio sobreviviera como pudiera, lo que se confirmó con la llegada del nuevo gobierno y la desaparición del organismo. Algunos colectivos se conformaron en cooperativas, los trabajadores de “La Primerísima” conformaron APRANIC, en algunos casos  las radios fueron apoyadas por las alcadías y en otros desaparecieron, sin embargo, creo que a pesar de todo, CORADEP y sus radios regionales, su “radio participativa

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